...con el corazón latiendo a mil por minuto, por temor a ser vista por algún vecino o por mi marido, como pude pasé las piernas al otro lado de la valla y con bastante torpeza me descolgué de la valla hasta el suelo procurando no hacer nada de ruido. Me escondí tras un árbol y fui avanzando de árbol en árbol, intentando acercarme lo suficiente par poder entender lo que Fran (mi marido) estaba hablando con su amante. De ello dependía mi futuro, de lo que él, o mejor dicho "ellos", estuvieran planeando hacer conmigo y peor aún con mi hijo. Y yo quería saberlo.
El me había dicho que iba a intentar olvidarla y que para ello necesitaría un tiempo. Y ahí estaba yo, intentando averiguar si mis sospechas eran nuevamente ciertas, si lo de tomarse un tiempo para olvidarla era una patraña y la cruda realidad era que el tiempo se lo estaba dando para planificar su escape de la forma más beneficiosa para si mismo. Si al contrario que yo, ya estaba preparando todo el divorcio, pues su amante era abogada, y a mi me iban a pillar literalmente en bragas y me iban a pelar igual que a una patata, de la forma más impersonal.
Por que al final, un divorcio se reduce a calcular con los ingresos de ambos la pensión alimenticia, quien tiene la custodia y por lo tanto quien es el usuario de la casa y nada más. En el caso de que Fran se divorciase de mi, yo ya tenía muy claro que no habría pelea por la custodia de nuestro hijo. Era obvio que el querría volver a empezar con otra (soltera y sin hijos) y en esa historia nuestro hijo era un estorbo. Como también tenía muy claro que de quedarme con el niño el uso de la vivienda era para mí.
...".mierda, mierda, mierda, no entiendo ni una sola palabra! pero no puedo acercarme más porque la perra me va a oler o a oir"..... di media vuelta, volvi a saltar la valla, esta vez se me enganchó un botón y se me hizo un girón en los pantalones, y corri en sentido inverso adelantándome al recorrido que yo sabía que él iba a hacer con su paseo con la perra. Me agazapé detrás de un matorral a la vuelta de un muro por dónde tenían que pasar de un momento a otro.
Escuché...si! ahí vienen, por fin entendí lo que decía! ....pero poco me duró, pues Sirka acudió directamente a mi matorral y super contenta por haberme encontrado me ladró. Fran se quedó estupefacto, -"Bar? Qué haces ahí, tirada en el suelo?.me entró la risa, me reí de mi misma, mientras me levantaba sacudiéndome de hojas secas y tierra y acariciaba a Sirka....."Te estaba espiando Fran.-le miré fijamente- Sabía que cada vez que sacabas a Sirka era una escusa pasa hablar con "ella", verdad? , y que encima ahora me está escuchando!," él permanecía allí de pie con el móvil pegado en la oreja, como si nada."Tengo derecho a mi intimidad!" dijo él. " y yo tengo derecho a saber la verdad, a saber que va a ser de Fer y de mi. Ya que es obvio que no piensas olvidarla como me habías dicho", entonces él muy enfadado me gritó "tía estás loca!" y fue cuando por fin colgó el teléfono.
Claro! le sentó como una patada en el culo que la otra se enterase por teléfono, que el me había dicho que quería olvidarla. Qué típico! cuando pillas a tu marido en una mentira te llama loca....
Al día siguiente, conté mi "aventura" a mis amigas mientras esperábamos a los niños, ellas estaban al tanto de que llevaba un par de meses con mi relación con Fran en la cuerda floja. Sabían que el día de Reyes fue cuando me enteré que él me era infiel, sabían que él no me estaba dejando claro que iba a hacer al final, si marcharse de casa con la otra o quedarse y olvidarla. Pues yo no le había echado de casa....le estaba dando la oportunidad de perdonarle si se quedaba con nosotros. Casi día a día les iba contando el desarrollo de todo. Aquello se estaba haciendo eterno, ese tiempo en el que yo realmente no sabía si él se quedaría o marcharía....
Nos reímos un rato de lo cómicamente patético que había sido lo sucedido la noche anterior....la verdad es que me venía muy bien hablarlo con mis amigas y desdramatizarlo riéndome de mi misma...
Para ellas, mi historia, les dejó perplejas. Ninguna estaba divorciada, tampoco sabían nada de que sus maridos les hubieran sido infieles, en sus círculos más allegados, tampoco habían vivido una situación semejante. Asique, vivían con auténtico interés el desarrollo de mi "historia", me aconsejaban, me alentaban, intentaban ayudarme con sentido del humor, con calma.
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